Cocinar arroz integral puede parecer una hazaña digna de expertos culinarios. Todos hemos escuchado frases como “Eso queda duro”, “No me cuaja” o “Eso no sabe a nada”. Pero la verdad es que detrás de ese grano más oscuro y firme se esconde un universo de sabor, textura y bienestar que bien vale la pena descubrir.

Hoy queremos darte no solo las claves para lograr un arroz integral perfecto, sino también el ánimo y la confianza para que lo prepares sin miedo, con la certeza de que puedes disfrutarlo tú, tu familia o tus amigos en un almuerzo memorable.

Primero lo primero: ¿qué lo hace diferente?

El arroz integral conserva la cáscara externa del grano, conocida como el salvado, lo que le da ese color más tostado, su textura más firme y un perfil nutricional diferente. No se trata de decir que uno es mejor que otro. Todos nuestros arroces tienen su lugar en la cocina y en los corazones de quienes los preparan. Pero el integral tiene una personalidad propia que merece ser explorada.

Entonces… ¿cómo se cocina bien?

Aquí va lo esencial para que el arroz integral no se te resista:

1. El remojo es tu mejor aliado

Si tienes tiempo, remoja el arroz integral en agua fría durante 1 a 2 horas antes de cocinarlo. Esto suaviza el grano y acorta el tiempo de cocción.

2. La proporción ideal

Usa 2½ tazas de agua por cada taza de arroz. El grano necesita más hidratación para quedar suave, pero con cuerpo.

3. Cocción con paciencia

Llévalo a ebullición, baja el fuego al mínimo, tapa bien la olla y déjalo cocinar de 40 a 50 minutos. Nada de destapar antes, déjalo hacer lo suyo.

4. Reposo, el toque final

Una vez esté listo, retíralo del fuego y deja reposar tapado 10 minutos. Luego, separa suavemente con un tenedor.

Tips para realzar su sabor

  • Saltéalo previamente con un poquito de aceite y ajo.
  • Añade laurel, cúrcuma o cebolla en polvo al agua de cocción.
  • Acompáñalo con vegetales salteados, proteína a la plancha o incluso una vinagreta fresca.

Un arroz que también cuenta historias

Cocinar arroz integral puede ser un acto de cariño hacia ti mismo. Es ese pequeño gesto que dice: me quiero, me cuido, me permito disfrutar diferente. En Supremo creemos que cada arroz tiene su encanto y que todos caben en la mesa. El integral solo necesita que le des su momento y su espacio. No temas probar, experimentar, equivocarte y volver a intentar.

Porque no se trata solo de saber cocinarlo, sino de atreverse a disfrutarlo. 

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